Erase una vez una lágrima
que cayó en un plato,
este empezó a llenarse hasta rebosar cayendo en el suelo y escapando por debajo de la puerta hasta alcanzar el mar.
Allí se encontró con una barca
en la que había un marinero con barba,
este inesperadamente se convirtió en un pirata,
y se fue a una isla.
Allí encontró un tesoro de monedas de chocolate.
Proseguimos con la lectura de “La línea blanca (o cómo papá convenció a mamá)” de Hans-Christian Schmidt, ed.: Kókinos. A través del cual enlazamos para la construcción de un mapa gigante de la mediateca que esperamos terminar en la próxima sesión.
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